La ilustración de fondo

La ilustración de fondo
La Plaça de la Creu en Benimàmet es uno de los espacios más entrañables de este lugar cercano a Valencia. El artista valenciano Paco Roca ilustra, dibuja, recrea, en esta bella postal, ese espacio a "la antigua".

sábado, 10 de agosto de 2019

Mientras me despido (1)


Despedida

Si me quieres escribir
ya sabes mi paradero


Y Él, Oseas, decidió apartarse, por un tiempo.
¿O sería por todo el tiempo?

Julio,
Este verano de 2019 estaba siendo para él, Oseas, infinitamente más tempestuoso que fuera El largo y cálido verano de 1958 para Paul Neumann y sus compañeros de elenco en aquella soberbia película de Martín Ritt, tan ajustada a trágicos y calientes relatos sureños, imaginados a golpe de pluma por un William Faulkner en feraz vena productiva.
            Él, Oseas, también he sido expulsado de sus vecindarios posibles. Ya no sabía si porque aún se recordaba su vieja y soterrada rebeldía ante lo partidista, lo doctrinario o, por el contrario, era por su acrisolado conformismo, no excluyente —faltaría más— de un desplante o un mal gesto. Tanto da.
            El caso es que él, Oseas, había decidido, llegadas estas fechas y en su frustrante estado actual optar por el silencio y evitar así tentaciones o nuevas ocasiones…
            Es Oseas, él, quién recuerda y acaba recitando, cerrando por un momento los ojos en señal de recogimiento, lo que ya hace más de quinientos años enunciara en verso Jorge Manrique para dar contenido a un subtítulo que dice Fin,
Conmigo solo contiendo
En una fuerte contienda,
         Y no hallo quién me entienda,
       Ni yo tampoco me entiendo;
      Entiendo y sé lo que quiero,
          Más no entiendo lo que quiera
             Quien quiere siempre que muera
      Sin querer creer que muero.

Agosto,
ÉL, Oseas, ya sin piernas, carece, por ende, de caballo y de montura. No pude salvar siquiera una de sus herrumbrosas lanzas con las que se defendía. Pero el mal nunca es absoluto. Samuel, él, se dice: me acompañan don Quijote y Clavileño con quienes me he lanzado a la conquista de espacios infinitos. El caballero de la Triste Figura me anuncia la persistencia de la rabia y de la idea machadianas, tras rasgar el certificado que atestigua mi ruina literaria. Una ruina —afirma el desfacedor de entuertos— “gloriosa e imperecedera pues, es, la evidencia”, me recalca, “de la desigual batalla que libraré, muy pronto, contra escritorzuelos y rufianes de toda laya, sediciosos y malandrines que cohabitan en contubernio con las letras…”
            Su voz resuena en el Valle de la Insatisfacción como un poderoso eco que se va apagando… “Si, repite don Quijote con hidalguía (¿qué significa esto?) lucharé con denuedo contra  quienes se autoproclaman paladines de la contracultura y poco más abajo se reconocen seductores instagramers e influencers; también contra los moderados y burgueses al viejo estilo…”  
            “¡No podrán, no!”, truena con voz cascada don Quijote. Dice algo sobre imponer su voluntad y sobre el amplio recorrido de la escritura de él, de Oseas. Sancho Panza duerme ya hace tiempo sobre unos jergones apilados junto a un silo. Don Quijote se ha quedado traspuesto sobre Clavileño que ha detenido su viaje en la séptima constelación a la altura de una enorme piedra que es en realidad, vista desde la tierra, una enorme estrella plagada de pistolas que disparan sin cesar sobre el tricornio acharolado de la noche de los tiempos

            En esto don Quijote se dirige a él, Oseas, para decirle que abandone el sueño y se avenga a la palabra. El de los molinos de viento siente la necesidad de recogerse para orar y le ruega a él, a Oseas, que componga, sin más dilación, una despedida en verso o algo similar. Él, Oseas, así lo hace. Lo que viene, traduce la ocurrencia en un poema muy malo:
Roto, sucio, desmañado,
Brinco por barrancos soñando prostitutas perdidas
Sin palabras de apoyo; sin gota de consuelo.
Ruge el verano fiero. Oseas
no anda ni hace su camino, no vuela ni en sueños;
Vive sin vivir la ¿transubstanciación? con dolor… Y por eso nos deja:   
Hasta ahora, hasta luego;
Hasta siempre o, hasta nunca.
                                                   Y el  asta no es de toro. Y el que avisa no es traidor.
8-8-19
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