La ilustración de fondo

La ilustración de fondo
La Plaça de la Creu en Benimàmet es uno de los espacios más entrañables de este lugar cercano a Valencia. El artista valenciano Paco Roca ilustra, dibuja, recrea, en esta bella postal, ese espacio a "la antigua".

martes, 20 de agosto de 2019

Mientras me despido

MIENTRAS ME DESPIDO (2),

contemplo la vida y la foto de Pilar me revela que la vida no está solo en lo que veo a través de mis ojos, sino en lo que queda a mis espaldas.

Y lo que queda a mis espaldas abre varias vidas, varias incógnitas, centenares de posibilidades de alegrías y amarguras, de rigores estivales e invernales, de abismos de relación entre personas, animales y cosas. Y es mucho muchísimo lo que queda fuera del campo que viene a ser el encuadre fotográfico. El hombre pues el que se acoda en el canto o en el filo de una mesita de playa no sabe casi nada o muy poco de la vida que clama y se manifiesta, a su pesar, a sus espaldas. La pasión humana por el control deviene por imposible y absurda en inhumana. Pero apenas lo percibimos si no pensamos sobre esa imagen de nosotros mismos. Lo siento por qué ese hombre soy yo, un tal José Antonio Vidal Castaño.

El sujeto en cuestión, yo mismo, se debate entre el ensimismamiento, el desencanto, la pereza (estamos en el verano más tórrido que ha conocido, el del año de 2019 y la incertidumbre. Ese hombre (nadie tiene el género definido del todo), es decir, JAVC ya no se pregunta si es o fue un tonto útil o inútil. Lo fue, lo sería y lo seguirá siendo según quién y para que lo examine en función de sus (los ajenos, aunque pueden ser coincidentes) intereses más o menos inmediatos.
Es pues una pregunta bastante inútil y una muestra -leve desde luego- de cierta incapacidad para admitir que todos nacemos iguales (¿En serio?)


La pregunta real, la que se hace JCVC (para abreviar), la que me hago, es, ¿estaré aquí el año próximo o dentro de unos meses? Les recuerdo si han leído mi post anterior que actualmente estoy sin piernas. Pero no quiero desanimarme y para ello escucho a don Quijote que me acompaña (incluso aquí en la Malvarrosa donde aún resulta más surreal su Triste Figura, ese yelmo de Mambrino o la lanza, siempre en “astillero” que apunta a un cielo cada vez más sofocante.

De pronto, don Quijote se ha puesto en pie agitando ambas manos. En una luce la citada lanza y en la otra su “tinto de verano” que cuando penetra en su gaznate incrementa su capacidad imaginativa. Increpa a bañistas, camareros y demás personal que inunda paseos, playas y espacios vecinos:
“Non fuyades cobardes y viles criaturas” que un solo caballero es el que os acomete. Me mira para asegurarse si esta solo en lo de la caballería. Toda mi jeta le informa de su soledad y el de La Mancha parece desalentarse y se abandona al tinto, mientras Sancho queda perturbado por el deambular de los bikinis que enfundan los cuerpos en flor de mujeres que solo había visto en sueños y de fornidos muchachos que le hacen preguntarse sobre sus verdaderas apetencias sexuales.

¡Oh! Fascinación de las playas. Las titileantes imágenes hacen olvidar a mis invitados el intenso hedor de los emisarios submarinos al tiempo que enturbian la vista para no ver los microplásticos que inundan las arenas.

Me lleva, a mi, a JAVC, más de media hora y tres tintos de verano más, el explicar lo que es un emisario submarino, los microplásticos y sobre todo los bikinis, artilugio que despierta su más viva atención y un irrefrenable deseo, en ellos que tienen piernas, de abandonarlo todo y embarcarse en aquella nueva y sin igual aventura valenciana.

Ese sujeto que soy, que es JAVC, que bien pudo ser o sea, tal vez, Oseas, mira ese espacio infinito en su finitud que tiene delante con infinitas ganas de refugiarse en el NO SER…

12-8-19

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