La clave: Unamuno (y II) aunque tal vez siga…
Nos quedamos en que la película de Amenábar joven y brillante cineasta
cuando no peca de pretencioso, trasciende, lo que he llamado INCIDENTE
SALAMANCA. Y ello pese a sus propias declaraciones del “momentazo”
inspirador protagonizado por doña Carmen Polo de Franco en su salida
junto a don Miguel del Paraninfo salmantino aquel 12 de octubre de 1936.
En efecto sobre aquel incidente hay, que yo conozca, hasta
cinco versiones distintas con contenidos muy similares y frases
discrepantes unas de otras. Aquello de “Venceréis pero no convenceréis”
seguramente no se dijo nunca aunque parece que sí don Miguel trató de
explicar que “vencer no es convencer”, que “sobraba fuerza bruta” y
faltaban razones… etc. Para curiosos existe la nota original donde el
filósofo y escritor plasmó sus ideas para su improvisado discurso, que
se conservan en la Casa Museo Unamuno de la Universidad salmantina…
Una de las versiones más completas que he leído es la del politólogo
Alberto Reig Tapia en su, “Memoria de la Guerra Civil. Los mitos de la
tribu” (Alianza, 1999, capítulo 7) donde hay detalles interesantes como
la influencia que tuvo lo que dijo José María Peman, defensor a ultranza
de los sublevados en el ánimo de don Miguel para decidirse a hablar. La
referencia del novelista a José Rizal el héroe de los filipinos en su
guerra de independencia contra España… etc.
También el perfil
trazado por Amenábar en torno a la siniestra figura de Millán Astray
está sobrado de conocimiento del personaje, ha bebido seguramente de la
fuente que proporciona la corta biografía que le dedica al “caballero
mutilado” Paul Preston en “Las tres Españas del 36” (Circulo de
Lectores, 1998). También, el director ha trabajado el personaje de
Franco… que, tal vez, queda un tanto favorecido, por ser un sujeto sin
perfiles definidos excepto los de su ambición de poder, de acaparar todo
el poder, disimulando al máximo esta tendencia…
Es decir
Amenábar ha investigado y trabajado a sus personajes a fondo; merece
consideración en esto y en el planteamiento de una película que es
honesta y emociona por momentos. Ha reunido seguramente tanta
información que ha tratado de colocarla casi toda en los 107 minutos de
duración del filme. Detalles, cosas fuera de lugar, sobreactuaciones,
decorados o movimientos a veces que nos recuerdan dibujos inanimados… No
se…
La clave, y ahí ha acertado de pleno es el de la figura
poliédrica, contradictoria, ambigua y profunda al tiempo de don Miguel
de Unamuno y Jugo. Karra Elejalde se transforma y deja de ser él para
devenir en Unamuno, un intelectual casi puro de transición entre lo
mejor del siglo XIX y lo peor del XX. Furibundo antimonárquico
desterrado, periodista entonces agresivo y militante de unas ideas que
no de unos programas; hacedor, quiérase o no, del espíritu que impulsó
la futura Segunda República que se plasmó en 1931… Pero esa República no
era la soñada ni vivida por Unamuno que la criticó hasta ser expulsado
como rector de Salamanca. Se adhirió, tragando sapos y culebras -veía
desaparecer a sus mejores amigos- a esa “nueva España” a esa que a ÉL
acabaría por helarle el corazón en expresión machadiana.
Y por
toda esa peripecia Amenábar nos conduce bien y sin excesivas trampas.
Veré la película más de una vez y les aconsejo que lo hagan sin
prejuicios…
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