La ilustración de fondo

La ilustración de fondo
La Plaça de la Creu en Benimàmet es uno de los espacios más entrañables de este lugar cercano a Valencia. El artista valenciano Paco Roca ilustra, dibuja, recrea, en esta bella postal, ese espacio a "la antigua".

sábado, 16 de noviembre de 2019

MIENTRAS DURE LA GUERRA (1)

Cine e Historia. Más allá del incidente Salamanca (1)

En mi opinión, reducir las conspicuas pero discutibles intenciones y la polémica suscitada por MIENTRAS DURE LA GUERRA, el reciente filme de Alejandro Amenábar, al INCIDENTE SALAMANCA ocurrido en el Paraninfo de la Universidad salmantina y protagonizados por el sabio don Miguel de Unamuno y el general Millán Astray, “el novio de la muerte” el 12 de octubre de 1936 (“Fiesta de la Raza”) siendo sin duda una motivación fílmica más que suficiente, resulta tras ver la película, extremadamente insuficiente.

Amenábar, no obstante, en una de sus primeras entrevistas en la extensa e intensa campaña de promoción de su película, reconoció en la Sexta el impacto emocional (“momentazo”, dijo) que le produjo ver a Carmen Polo, esposa del general Franco (nominado ya como Generalísimo de los ejércitos sublevados contra el gobierno legítimo de la Segunda República española) tender su mano a don Miguel entre la lluvia de insultos y amenazas de muerte que sucedió a su corta intervención -no solicitada- en el Paraninfo universitario.

El lenguaje del cine, al menos el de los cineastas que aspiran a crear algo más que espectáculo (considero a Amenábar en este ámbito) suele ser distinto de los lenguajes utilizados por el resto de las bellas artes, aunque compartan “oficios artísticos”, beban en las mismas fuentes, se influyan mutuamente o, una de ellas reconozca su explicita dependencia de otra. El lenguaje del cine dispone de sus propias reglas y trucos, amén del toque personal (no siempre presente) de quién dirige el tinglado que funciona ante y detrás de las cámaras.

El cine es, por su propia naturaleza visual y por el predominio de la imagen, más pasional, emotivo y por ende, menos “racional” que pongamos por caso el teatro o la narrativa literarias. Estos últimos se basan en la palabra oral y/o escrita… Toda comparación pues de una producción cinematográfica con otras artísticas resulta sencillamente odiosa y más si se pretende comparar una película con un suceso o acontecimiento históricos… Y más si, como en este caso, se trata de uno de los mitos de la memoria de la Guerra Civil en sus más recónditos y ambivalentes inicios.

Sabido es que apenas existen certezas sobre el INCIDENTE SALAMANCA. No hubieron cámaras ni grabadoras que registrasen lo que se dijo o no se dijo en aquel recinto académico semi-ocupado por falangistas y soldados. Tras el mismo hubo, eso si, una reconstrucción, siempre parcial y bajo la censura de su época, de lo sucedido por la prensa, más, toda la sempiterna rumorología suscitada por los testimonios de los asistentes. Más adelante las versiones más “completas” y cuidadas dadas por cronistas de la época también sometidos a censura y el silencio oficial sobre el corto discurso de Unamuno. Tan solo, por contraste, y de la que nos enteramos varios años más tarde, la interpretación dada por el autor británico Hug Thomas, de claro sesgo pro republicano, en su conocida “Historia de la Guerra Civil Española” que se adentró en el mito para componer un relato con tintes legendarios del que todos hemos bebido…

Y aquí me quedo de momento…



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