La ilustración de fondo

La ilustración de fondo
La Plaça de la Creu en Benimàmet es uno de los espacios más entrañables de este lugar cercano a Valencia. El artista valenciano Paco Roca ilustra, dibuja, recrea, en esta bella postal, ese espacio a "la antigua".

sábado, 16 de noviembre de 2019

Homenaje a Gabriel Jackson



Lo que le debo a Gabriel Jackson

El pasado tres de noviembre falleció en Oregón a los 98 años de edad uno de los tres historiadores que formaban parte de mi particular “tridente” de maestros de este necesario y conflictivo saber. Los enumero por orden de su desaparición, ya que en mi propia consideración todos ellos cambiaron de alguna manera mis concepciones, sembrando nuevas y mayores inquietudes acerca del papel y la importancia de la historia, son los que siguen y que en este caso no alteran el producto: El francés Pierre Vilar murió en 2003, el británico Hugh Thomas dejó este mundo en 2017 y hace unos días nos dejó el estadounidense Gabriel Jackson.

            Es tal vez éste último el que más notoria influencia ha ejercido en mí no solo por su acercamiento sincero y comprometido hacía la historia de España sino en particular por su empeño en aclarar y ampliar conocimientos sobre una parte esencial de nuestro siglo XX que comprende el conflictivo periodo entre abril de 1931 con el advenimiento de la Segunda República y abril de 1939 con el desastroso final de la sangrienta Guerra Civil que se iniciará en julio de 1936. Y también sus razonamientos acerca de las claves para comprender las consecuencias de todo ello. Cabe decir que su texto es un continuo en el que República española y Guerra Civil se suceden sin establecer una ruptura formal entre ellas…

            Formo parte de una generación que bebió de esas fuentes que sobre este tortuoso periodo de nuestra historia vertieron con generosidad y buen hacer los tres historiadores citados; de una generación que se empapó del manantial derivado de un libro singular, tal vez, único para su tiempo como fue el de Gabriel Jackson, La República Española y la Guerra Civil 1931-1936 que en su momento editó en Barcelona Grijalbo-Crítica. Fue considerado por prestigiosos comentaristas como “la síntesis más completa”, dotada de “una rara objetividad no exenta de pasión…”. 

            En 1977, meses después de mi reincorporación a la vida civil, tras un periodo de persecución policial, exilio en Francia, detención y encarcelamiento preventivo en Barcelona por “asociación ilícita y propaganda ilegal…” contra la dictadura, adquirí un ejemplar de la segunda edición de 1976 de La República Española… Por aquellos días el libro de Gabriel Jackson era ya un referente de todos aquellos que queríamos conocer las versiones más avanzadas sobre el período republicano de los años treinta y “nuestro” conflicto bélico. Hice la compra en la desaparecida librería Veles y Vents de la ciudad de Valencia. Leí y releí sus páginas, repasé una y otra vez los conceptos, puse objeciones, a veces sencillas y otras alambicadas o, me entusiasme con algunos párrafos y capítulos del mismo, subrayé fragmentos que más tarde utilizaría convenientemente entrecomillados… Usé y reflexioné sobre algunas de sus consideraciones y argumentos que me parecieron pertinentes para el desarrollo de mis propias y modestas investigaciones históricas.

            Lo que no podía imaginar es que llegaría a conocer al autor personalmente (fueron unos minutos de conversación inolvidables en los que estampó su firma en mi ejemplar de su libro) Fue el 27 de abril de 1998. Jackson ofreció una conferencia en el Colegio Mayor Peset Aleixandre a la que tuve el enorme placer de asistir.   
           
            A la lectura de este libro siguieron las de otros hasta ampliar considerablemente mi visión y conocimientos de los propósitos de un autor , un “hispanista” consagrado casi por entero a lidiar con “el laberinto español” como ya lo hiciera años atrás Gerald Brenan al intentar penetrar y explicar algunas de las causas que condujeron a la fatídica Guerra Civil española. Los libros de Jackson me proporcionaron una visión amplia y de conjunto tan necesaria a veces para no quedarnos enredados en una más simple y reduccionista; fortalecieron mi amor por la Historia y por las historias que a su vez esta contiene. Desde entonces pensé que al lado de la necesaria microhistoria debía de cultivarse la labor de síntesis de los procesos históricos rigurosamente realizada.

            Destacaré de entre todo lo que leí, dos libros que por diversas razones que no son al caso, leí y que aún releo a veces como son, el primero, Aproximación a la España Contemporánea 1898-1975 (Grijalbo, 1980) uno de los primeros libros que dedicaba unas acertadas líneas a las guerrillas antifranquistas (vulgo maquis) entre 1940 y 1952 o que señalaba con claridad las primeras contradicciones en el seno de la dictadura de Franco y ponía a disposición del estudioso los nuevos escenarios que conducirían a la Transición democrática. El segundo, Historia de un historiador (Anaya/Muchnik, 1969) en el que destaco el capítulo siete titulado: In partibus infidelium donde Jackson se aproximaba al —no se si bien o mal llamado— conflicto catalán. Merece una atenta lectura por su actualidad. 

            Así que le debo mucho a Gabriel Jackson. Y lo reconozco. 

José A. Vidal Castaño. 15, N, 2019.




 
                   
Portadas originales de las
primeras ediciones de ambos 
libros, editados por Grijalbo.

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