Rojo, amarillo y morado, colores oficiales en mi jardín.
Son los tres colores que formaron y forman la bandera de la República española. Fueron los colores oficiales de la bandera de España durante los años en los la forma de estado republicana fue democráticamente escogida por toda/os para el difícil asunto de la gobernanza.
Entre febrero de 1873 y enero de 1874 fue la Primera República), y entre abril de 1931 y julio de 1939 fue la Segunda República, derribada por una sublevación militar que condujo a una muy cruenta guerra civil)….
La bandera republicana, fue tan nacional y representativa de todos los
habitantes del territorio de las Españas, o si se prefiere de las
actuales Comunidades Autónomas de España, como la bicolor (roja y
amarilla) de antes y después de las Repúblicas españolas.
En mi jardín, hace tiempo que le reconocí a la tricolor el derecho de residencia e incluso de permanencia temporal, el mismo que gozan las lantanas bicolores (rojas y amarillas o gualdas) que decoran mis paredes. Pero esos colores simbolizan y nos recuerdan también otras cosas y algunas muy bellas e incluso tristes.
Rojo,
amarillo,
morado.
Rojo de sangre derramada,
de pasión contenida, de valor premiado y, revolución insatisfecha.
Amarillo, color de la poesia,
emblema de la locura Van Gog-iana y,
de la estéril rosa de Texas.
Morado de los comuneros de Castilla,
color universal del feminismo
que renace y que justamente se afianza y se
empodera (que mal suena esta última palabra).
…
Rojo,
amarillo,
morado,
colores que habitan y
abanderan mi jardín
el de antes y el de ahora.
En mi jardín, hace tiempo que le reconocí a la tricolor el derecho de residencia e incluso de permanencia temporal, el mismo que gozan las lantanas bicolores (rojas y amarillas o gualdas) que decoran mis paredes. Pero esos colores simbolizan y nos recuerdan también otras cosas y algunas muy bellas e incluso tristes.
Rojo,
amarillo,
morado.
Rojo de sangre derramada,
de pasión contenida, de valor premiado y, revolución insatisfecha.
Amarillo, color de la poesia,
emblema de la locura Van Gog-iana y,
de la estéril rosa de Texas.
Morado de los comuneros de Castilla,
color universal del feminismo
que renace y que justamente se afianza y se
empodera (que mal suena esta última palabra).
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Rojo,
amarillo,
morado,
colores que habitan y
abanderan mi jardín
el de antes y el de ahora.
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