La pasión, el amor, el deseo...
¿Todo fueron cenizas,
sueños,
olvidos?
No. No lo fueron.
Tras el olvido, largo,
cruel,
altanero,
rebrota el recuerdo,
el árbol florido, el cuerpo,
y persiste el deseo,
ese recuerdo cruel,
altanero,
esquivo,
tejido de miles de olvidos.
¡Te odio deseo!
y te deseo, el odio, si, de mil olvidos...
(Para Fina Fuertes)
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